Friday, September 28, 2007

El Acuerdo Perfecto


Una vez me puse de acuerdo con mi hermano para asustar a su cita en turno. El plan era el siguiente: esconderme en el asiento trasero del coche, pasar por la chica y luego mi brother bajaría a comprar cigarros para que en ese íntercambio, yo entrara en acción. Esto fue lo que pasó: apenas mi hermano bajó del auto, escuché ¡un sonoro y apestosísimo pedote! Me quedé mudo pero con la risa en la garganta; mientras la jevita, al ver que mi hermano ya estaba pagando en la tienda, abanicaba su falda para que saliera la peste. Por su puesto, pensando que yo ya la había asustado, mi carnal le preguntó: “¿Qué pasó, te cagaste?” Y en eso solté la carcajada guardada. Cuando la morra volteó puso una cara de susto, asombro, pena, qué sé yo, y se fue para nunca más volver.

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