Mientras camina por la ciudad, un exitoso abogado encuentra una tienda de mascotas con un letrero que dice: “Nos especializamos en animales para abogados”. Sin pensarlo mucho entra y le pregunta al encargado:—¿Qué mascota me recomienda?
—¡Mmmm! ¿Qué le parece este loro VERDE
—¿Cuánto vale?
—Mil pesos. Sabe toda la jurisprudencia de la novena época, con votos particulares y genealogía.
—Y este más maduro, ¿cuánto cuesta?
—Tres mil pesos. Sabe toda la jurisprudencia de la novena época, votos particulares, genealogía e informes de labores del poder judicial, así como toda la legislación federal y local.
—Oiga y por pura curiosidad, ¿ese loro gordo con cara de huevón, de allá al fondo, cuánto vale?
—10 mil pesos.
—¡Ay güey! ¿Y ese qué sabe?
—Pues mire, tengo tres años con él y desde entonces no dice ni hace absolutamente nada, pero estos dos cabrones le dicen “magistrado”.
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